NACE LA LUZ...

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“Siempre es así: de la profunda oscuridad nace la luz… es ésta una maravillosa enseñanza, que podemos fácilmente experimentar una y otra vez, siempre que nos demos tiempo para observar la manera como termina la noche y paulatinamente se transforma en día.

Al influjo de la luz del nuevo día, ¡todo comienza a moverse, todo empieza nuevamente a manifestar la vida!; aquella persona que haya esperado con atención la llegada de la aurora, se convierte en un testigo asombrado de la forma casi imperceptible en que, poco a poco, van desapareciendo las sombras y los ruidos nocturnos, y van cediendo su lugar el ajetreo luminoso del día que despierta, mezclando gritos y susurros en un poderoso himno a la vida.


La noche quedo atrás y ha engendrado el milagro del amanecer. Ahí esta, todo un nuevo día recién pintado de luz dorada, con sus flamantes 24 horas enteras y listas para que las vivamos. Pero para que exista el día, antes es preciso que exista la noche, o mejor dicho, de la oscuridad surge la luz.

Muchas de las mas importantes experiencias de la vida del hombre, se parecen muchísimo a este evento, que no por cotidiano es menos grandioso.


En efecto, las valerosas conquistas del espíritu humano, se van forjando por un proceso similar, transformando la oscuridad de las limitaciones hasta recobrar el dominio de su propio destino luminoso.

Impulsado por un poder superior, el hombre trasciende los confines de su propia noche. Es entonces que la auto renovación del ser humano, aparece con una claridad tan meridiana, que comunica su valor e influye poderosamente a todo hombre y mujer de hoy y del mañana, constituyéndose así en un autentico legado de cultura humana.”

 

EN MEXICO

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